“El modelo Económico y la recuperación de la Economía de Nicaragua, en un entorno de riesgos y desafíos mundiales” Lección Inaugural Universidad Nacional Politécnica (UNP) Ovidio Reyes R. Presidente del Banco Central de Nicaragua

26/04/2024

Buenas tardes.

Doctora Elvira Maritza Andino, Rectora de la Universidad Nacional Politécnica, Rectora Ramona Rodríguez, Presidenta del Consejo Nacional de Universidades y Rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, autoridades de esta prestigiosa universidad, docentes, invitados especiales y estudiantes que nos acompañan en esta tarde.

Es un placer para mí haber sido invitado para impartir la lección inaugural del ciclo académico 2024 de la Universidad Nacional Politécnica. El tema al que voy a referirme versa sobre “El modelo económico y la recuperación de la economía de Nicaragua en un entorno de riesgos y desafíos mundiales”.

Modelo Económico

El modelo económico que durante los últimos años ha venido implementando Nicaragua, está alineado y orientado por el Plan Nacional de Desarrollo Humano (PNDH). Acompañando al PNDH se encuentra el Programa Económico Financiero que tiene como objetivo central la generación de riqueza y reducción de la pobreza como elementos aglutinadores del desarrollo económico y social de la nación. Mediante este programa se procura alcanzar tasas de crecimiento económico sostenido y baja inflación, en un contexto de sostenibilidad de las finanzas públicas, de las cuentas externas y de estabilidad macroeconómica global, como elementos determinantes para el desarrollo de las actividades productivas y de la inversión. Se procura también el aumento de la productividad y competitividad de la economía para alcanzar mayores niveles de empleo.

El modelo económico en la práctica ha permitido la inserción de nuestra economía en el comercio global, que es por demás competitivo y con vaivenes recurrentes, como resultado de los movimientos comerciales y las oscilaciones de precios, que no obstante, el país ha sabido confrontar así como aprovechar.

Esta inserción ha hecho que en la práctica prevalezca un modelo económico con enfoque pro exportador y participativo, en el que confluyen pequeños, medianos y grandes productores, así como exportadores, para asegurar la provisión de bienes tanto a nivel nacional como internacional. El sesgo exportador del modelo económico descansa en el sector agropecuario, que ha llegado a constituirse en uno de los principales motores del desarrollo, por su constancia y resiliencia, manifiesta cuando han ocurrido diferentes perturbaciones, tanto de orden comercial como sanitarias, como la pandemia. También el sector de exportaciones de zonas francas complementa aumentando las exportaciones totales.

Las políticas y acciones incorporadas en el PNDH y el Programa Económico Financiero, así como el enfoque exportador del modelo económico, han potenciado el crecimiento económico. Su fortaleza fue puesta a prueba en los diferentes desafíos que el país ha confrontado.

En el pasado reciente, la afectación económica originada por la pandemia del COVID 19 impactó a todas las economías en el mundo, entre ellas a la economía nicaragüense. La pandemia tensionó a todo el país y motivó a que las prioridades nacionales en políticas públicas se enfocaran en garantizar la continuidad del aparato social y productivo. Para ello, la política de asegurar la movilización de la fuerza laboral, sin confinamiento forzado, evitó la parálisis de las actividades de nuestro país y que se mitigaran las pérdidas de empleos, protegiendo sanitariamente a la población.

Como resultado de una política fiscal balanceada y una política monetaria consistente, se lograron sostener los balances macro económicos y el resultado final fue favorable para la producción. Las exportaciones no se detuvieron y continuaron creciendo, aún a pesar de la gran baja del comercio mundial y de los servicios y de las alzas continuas de los precios internacionales.

Así, en los últimos tres años, el Producto Interno Bruto y el empleo pudieron recuperarse y en 2024 podemos asegurar que la economía ha logrado consolidarse y restablecer su senda de crecimiento económico, que ahora se ubica entre 4.0 y 4.5 por ciento de crecimiento por año, como tendencia de mediano y largo plazo.

Nicaragua también ha confrontado riesgos y desafíos derivados del entorno internacional que se ha visto afectado por los conflictos geopolíticos, la dislocación comercial y los problemas en las cadenas de suministros. Los elevados déficits internacionales y su monetización generaron una mayor inflación mundial que ha impactado en los consumidores de más bajos ingresos, de forma tal que los precios de los principales productos internacionales se han ido al alza. En los últimos informes de los organismos financieros internacionales, los déficits públicos estarían alcanzando tasas de hasta el 8 por ciento del Producto Interno Bruto en las principales economías industriales, con desaceleración de su actividad económica y una recuperación tímida del empleo.

Por el contrario, nuestro país más bien ha visto una mejora importante en sus cuentas económicas y financieras. La política fiscal ha resultado ser balanceada, procurando generar recursos financieros nacionales suficientes para producir un superávit fiscal. El ahorro privado también ha crecido y el endeudamiento de los hogares y empresas ha disminuido. Es decir, el ahorro nacional, tanto privado como público, se ha consolidado y ha permitido que nuestro país presente en sus cuentas macroeconómicas un superávit global en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que indica que el ingreso nacional bruto disponible es mayor que el gasto de consumo y de inversión nacionales.

También en este ambiente de recuperación económica, las cuentas del sistema financiero son cada vez más robustas. Los depósitos se han estado expandiendo al igual que el crédito, lo que ha permitido mejorar los indicadores de riesgo hacia la baja y aumentar las rentabilidades bancarias. La política monetaria del Banco Central ha asegurado la liquidez y el funcionamiento de los sistemas de pagos. Por tal razón, hemos mantenido estable la tasa de referencia monetaria en 7 por ciento, tasa que guía las operaciones monetarias y financieras que desarrolla nuestra institución. Esta tasa esperamos mantenerla estable a no ser que cambien las condiciones monetarias internas e internacionales.

Como consecuencia de lo anterior, el Banco Central ha aumentado sus reservas internacionales hasta alcanzar niveles históricos que casi triplican la base monetaria en circulación. Lo anterior permitió que pudiéramos adoptar gradualmente una política cambiaria más estable, que nos permitió detener las devaluaciones diarias pre anunciadas y anunciar un tipo de cambio estable para todo el 2024.

El Banco Central continuará desarrollando instrumentos financieros y realizando reformas para que toda la experiencia acumulada en materia de promoción de la estabilidad financiera global la podamos expresar en mecanismos y programas que nos permita estar mejor preparados para las futuras tensiones o crisis que pudiera confrontar nuestro país.

Debemos prestar atención y confrontar los riesgos de la economía internacional. La competencia por los mercados internacionales en el libre comercio, motivó a los países que perdieron en medio de la competencia internacional a recurrir al proteccionismo imponiendo trabas a los mercados, reduciéndose así los beneficios que produce a los países que están dedicados a producir para el exterior. También se rompieron muchas cadenas comerciales y se ha producido una reversión al generarse mercados segmentados.

Por otro lado, los mercados financieros se desestabilizaron, como consecuencia de las alzas en las tasas de interés que sucedieron de una política monetaria más restrictivita, y se debe estar atentos a que no ocurra un nuevo desequilibrio financiero que afecte los costos y el acceso a los recursos financieros.

Nuestro país debe de adaptarse a este nuevo entorno para superar las dificultades y salir adelante, aprovechando nuestras ventajas comparativas. Nicaragua pudo favorecerse positivamente del libre comercio y aún continúa favoreciéndose de su política de apertura de mercados. Pero debemos ser prudentes y estar preparados frente a esta incertidumbre.

Fortalezas

Para entender los órdenes de magnitudes, nuestras exportaciones totalizan cerca de 8 mil millones de dólares y nuestras importaciones totalizan cerca de 10 mil millones de dólares, ambas son casi equivalentes al Producto Interno Bruto que totaliza 17,800 millones de dólares. El hecho que la suma del comercio global equivalga a nuestro nivel de producción, representa un grado de apertura sin precedentes, y es grande cuando se compara con otros países. Indica que nuestra economía se ha insertado cada vez más en los mercados internacionales, pero también está expuesta a sus desequilibrios. No obstante, en el balance neto y por la experiencia reconocemos que la fortaleza de una economía abierta al comercio supera los elementos de riesgos.

No tenemos la menor duda que las fortalezas que ha desarrollado nuestro país nos permitirán confrontar con éxito estos desafíos, incluyendo el del cambio climático que nos afecta directamente por su incidencia en la agricultura. Pero hoy contamos con una mayor diversificación de la producción, con un sistema de carreteras ampliamente extendido por todo el territorio nacional, con mayor acceso a los servicios de energía eléctrica y agua, mayor acceso a la salud a través de la nueva red de hospitales y con una población que cada vez se va capacitando más a través de los diferentes programas educativos productivos.

La oportunidad que se ha creado en los diferentes campos productivos y la expansión de la economía, ha facilitado enormemente la movilización de la inversión extranjera directa que solo el año pasado en nuestro país alcanzó una cifra récord de 2,500 millones de dólares y esperamos que esto continúe así durante los siguientes años.

Conclusión

En síntesis, nuestro modelo económico centrado en la agroexportación, en la potenciación de las capacidades productivas de los pequeños, medianos y grandes productores para lograr el objetivo de generación de riquezas y reducción de la pobreza, ha permitido que nuestra economía haya podido salir a flote frente a todas las adversidades. Hoy estamos mejor preparados para confrontar riesgos y desequilibrios, por las ingentes capacidades y ahorro que hemos desarrollado.

Estamos seguros que con el concurso de todos los nicaragüenses continuaremos alcanzando mayores resultados económicos, para aumentar el bienestar de nuestra población.

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