En su libro El viaje a Nicaragua, publicado hace cien años, Rubén Darío describe la geografía y la historia, la sociedad y la cultura de su patria. No solo de las élites, sino también la del pueblo llano, “que no se ocupa ––afirmaba–– en políticas ni en literaturas”.

La artesanía, que combina lo útil y lo bello, llamó su atención. Es decir, los trabajos de cerámica y orfebrería, las hamacas tejidas a cabuya y teñidas de colores, al igual que sus esteras o petates y los zapatos calificados por Rubén de “famosos”.

El cuero ––derivado del ganado–– y la madera ––procedente de la riqueza de nuestros bosques–– merecieron su elogio. Nuestros carpinteros y ebanistas – anotó–– “ejecutan piezas de exposición que constituyen maravillosos mosaicos”.

Hoy el Banco Central de Nicaragua reconoce esta admirable labor de los artesanos de Masaya al reunir piezas representativas, tanto grandes como pequeñas, identificables por su acabado artístico.

Esperamos que nuestra iniciativa sirva de estímulo a estos eficientes artesanos, cuyos productos otorgan prestigio al país. Nuestros más sinceros respetos y deseos de éxitos para ustedes.

Muchas Gracias

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